Semana Santa Monóvar - Cronica 2015

   
  Semana Santa Monóvar
  Cronica 2015
 

Crónica de la Semana Santa 2015


LAS CRÓNICAS REVITALIZAN NUESTRAS RAÍCES

Los gestos, los rituales, las costumbres, los iconos, los símbolos son importantes y necesarios

Amado-Juan Martínez Tomás


 
La Pasión, ese capítulo pronosticado de la vida de Jesús de Nazaret, nos sigue sobrecogiendo a pesar de los años. Como también la propia trayectoria vital de este gran hombre que desde chico fue marcando su futuro con obras de misericordia. Un ser querido por los suyos y odiado por incrédulos. Una persona que se convirtió en personaje histórico por los siglos de los siglos y al que los cristianos adoramos infinitamente. Y es tanta la grandeza de sus hechos que se nos hace difícil representarlos y contarlos como se debieran. Nos afanamos en realizar rituales, en utilizar iconos y símbolos pasionales que acerquen al pueblo tales aconteceres pero nada parecido a la realidad. A pesar de todo, todo es necesario para salvaguardar la historia, la religión católica y las tradiciones que, bajo el manto de una religiosidad popular cada vez más afianzada, deben contarse a nuestros jóvenes. En Monóvar, los que amamos todo esto, con fe y cariño, intentamos mantener vivo el legado de los que nos precedieron y contar esa Pasión de Cristo año tras año con veracidad y prudencia.

La Junta Mayor de Cofradías de Semana Santa de Monóvar mantuvo la organización de los actos como en años anteriores pero el 2015 aumentaba sus compromisos con motivo del 75 Aniversario de la Hermandad del Santísimo Cristo Crucificado y María Santísima de la Esperanza. Este Aniversario se presentó en su casa de Hermandad en el mes de octubre de 2014. Los meses posteriores hasta diciembre del pasado año fueron testigo de infinidad de actos conmemorativos entre los cuales se incluyeron cultos, actividades formativas, culturales y recreativas que daban cuenta del valor y la importancia de esta Hermandad que se fundó en el 1940. Por otro lado hemos de destacar la sensibilidad de todas las cofradías ante una catástrofe aérea producida en los Alpes franceses en el mes de marzo donde hubo numerosas víctimas. Se decidió que cada cofradía colocase un lazo negro a los estandartes o a los pasos con motivo de duelo.

Desde el domingo 15 de febrero hasta el 21 de marzo no cesaron los actos litúrgicos organizados por las diferentes cofradías que cada sábado homenajeaban a sus titulares en la parroquia. Cercanos al tiempo litúrgico de Cuaresma hemos de destacar la presentación de la Revista Cruz de Guía 2015 a cargo del que fuera pregonero, el año anterior, D. Pablo Jaén Mira, el cual destacó la importancia de esta publicación y desglosó los artículos habidos y la calidad de los mismos y sus fotografías. El 20 de marzo volvíamos a acompañar al Cristo en su Vía Crucis anual con devoción y religiosidad y al día siguiente tuvo lugar en el Teatro Principal el acto más esperado por todos los cofrades y que anuncia la Semana Santa: El Pregón. Este año el pregonero sería el párroco Don José Limorti Guill. Las palabras de nuestro paisano Pepe Limorti, como se le suele reconocer en Monóvar, emocionaron por ser íntimas y sinceras. Después de hacer repaso a su vida en nuestro pueblo nos introdujo en la verdadera historia de la Pasión de nuestro Señor.
Pero hubo a mi parecer unas palabras que para el mundo cofrade monovero deben ser resaltadas y recordadas. En ellas se nos recuerda cuál es el fin primordial de las cofradías:

Las Cofradías y Hermandades tenéis una misión muy importante que cumplir: Sois instrumentos de Dios para acercar a los hombres de nuestro tiempo a Él. No debéis perder de vista nunca esta tarea que ha puesto en vuestras manos. El esfuerzo que hacéis todos los años en encomiable, buscar la perfección en  todos los actos que realizáis es magnífico, mantener las imágenes en perfecto estado para acercarnos a todos a Dios es un servicio a todos los monoveros que no tiene precio; todo ello, que sea para mayor gloria de Dios; es el objetivo que nunca debéis perder de vista.

En la memoria de los asistentes quedan sus palabras que son ánimo y empeño y de las que estaremos siempre agradecidos por su veracidad.
 
 
DOMINGO DE RAMOS. MAMA, COMPRA-ME UNA PALMA!
 
Los seres humanos somos “animales de costumbres”. Desde niños nos aferramos a las tradiciones, aquellas que nuestros padres nos contaron con delicadeza y amor, y que nos han acompañado durante años. Y la costumbre es siempre bien avenida, grata, necesaria. “Mama, compra-me una palma perquè els meus amics se la compraran per al diumenge!”
  
El Domingo de Ramos se nos volvió a descubrir desde el amanecer. Un amanecer estupendo, vibrante y que auguraba buen estar, buen tiempo. Parecía que volvíamos a presenciar lo de siempre, una procesión “del burret” y los niños con sus papás de estreno y elegantes. Pero no, ese domingo de la Entrada de Jesús Triunfante en Jerusalén fue diferente porque lo vivimos nuevo, alegre y esperado. Días atrás habíamos tenido mal tiempo, incluso torrencial y desagradable, pero el 29 de marzo salió el sol. “El burret” se decoraba de blanco con gladiolos y claveles y sus tradicionales ramas de olivo. Su directiva, que tan bien lo hace, acompañó el paso hasta la parroquia rodeada de gente y al compás de las melodiosas notas de nuestra Artística que volvió a lucirse. El calor agobiante molestaba al final. Fue una procesión, otra vez, bonita y alegre, de las que más me gustan porque es ella la que da paso a la Semana Santa que tanto queremos.
 
El niño tuvo su palma y la llevó con elegancia hasta que se cansó y se la pasó a su madre, pero la ilusión no se la quitaron. Le compraron su palma y acompañó a su Dios, ese que matarían días más tarde por hacer el bien a los suyos. En la misa del día se leyó la pasión y se nos sensibilizó de lo que nos esperaba días más tarde: una semana de pasión y penitencia, de oración e internas reflexiones. Ese domingo estrenamos vida pero la muerte aguardaba como lo suele hacer: silenciosa e inesperada.
 
LUNES SANTO. LA FRIALDAD DE UN ROMANO
  
El día fue caluroso pero por la tarde el cielo se puso rojizo. Ya sabíamos el itinerario y sabíamos lo de Santa Bárbara; que el Cautivo iba a subir y que allí la cosa iba estar espeluznante y emotiva. Había que ir. Y allí estuvieron la mayoría de sus devotos y simpatizantes, también creyentes y fieles al Lunes Santo de todos los años. Pero antes, a las 21’30h, de blanco y con su melena al viento, salía nuestro cautivo de la parroquia. Le acompañaban sus cofrades, que a la orden de sus capataces y directiva realizaron una procesión tranquila y correcta.
  
Eran las 22’45h cuando las andas de encararon al cementerio y a los pocos minutos, la imagen, se inclinaba ante la ermita, gesto criticado por algunos. “¡No puede hacer reverencia un Dios a una santa!”, y cosas por el estilo… En fin, como siempre, críticas sin fundamento.
 
Sobre la media noche y dos minutos llegaba el titular a la parroquia. El romano se mantuvo pasivo e indiferente ante el hecho histórico que se representaba. Hizo bien su papel, el que le tocaba hacer.
 
Los penitentes que lo acompañaban durante el trayecto, un matrimonio apenado por la enfermedad de su hijo, dejaron sus lágrimas sobre las calles y se encomendaron a su Jesús Cautivo en busca de salud y amparo.

MARTES SANTO. EL AROMA DE NUESTRO PADRE JESÚS
  
Un buen día, ni frío ni calor, pero más fresco que el lunes. Desde temprano, los miembros de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno ya trabajaban para tener a punto a su trono y a su titular, un Cristo encorvado con su cruz a cuestas que ya lo hemos hecho nuestro y fácil de reconocer por su gesto triste y apesadumbrado.
  
Su cofradía estuvo preparada en la parroquia antes de las 10 de la noche y a las 22´25 la carraca anunciaba la salida de su titular. Flores silvestres aromatizaban el ambiente y a los costaleros quienes sacaron el trono con maestría y corrección a pesar del roce de la cruz con la lámpara de la portada.
 
Nuestro Padre Jesús Nazareno recorrió las calles elegante y pausado y al girar para la calle Padre Juan Rico parecía ir derecho a adentrarse en el Colegio Cervantes ante la estatua del  Sagrado Corazón de Jesús. Al son de los tambores y clarines realizó una bonita procesión que acabó sobre la una menos cuarto de la madrugada.
 
MIÉRCOLES SANTO. EL DOLOR Y LA SOLEDAD DE MARÍA
  
Al hacerse de noche, el Miércoles Santo volvía a congregar a mucha gente a las puertas de la parroquia. En ella estaban a punto las cofradías de Nuestra Señora de los Dolores y de Nuestra Señora de la Soledad que volverían a realizar un encuentro entre ambas en una calle cercana a la iglesia y que  haría corta, pero disfrutada, la procesión.
 
¡Cómo ha ganado la Cofradía Nuestra Señora de los Dolores con los varales y qué grandioso se ve el trono a lo lejos! ¡Qué bien bailado pasa por las calles! Un año más, aunque cinco minutos después de la hora prevista, la Dolorosa se dio una vuelta por algunas calles de Monóvar hasta llegar a la calle Juan Carlos I donde realizó un encuentro con la cofradía de la Soledad. El descendimiento llegó primero y después de uniformarse vio como llegaban los nazarenos de la otra cofradía que había salido de la parroquia a las once menos veinte. No cabía un alfiler en el lugar elegido para unir a los dos tronos que realizarían un encuentro espectacular y que agradó al publicó que ovacionó en diversas ocasiones.
  
Durante toda la noche se notó el dolor de María que sujetaba a su hijo en brazos, pero también la soledad de una madre que ha perdido lo más grande.
 
Antes de la una las dos cofradías ya estaban ordenadas en el templo parroquial.  Repito: se nos hizo corto pero lo disfrutamos.
  
JUEVES SANTO.  RECOGIMIENTO
 
Otra estampa para enmarcar se nos presenciaba en la noche del Jueves Santo. Casi 700 cofrades volvieron a escenificar la muerte de Cristo y la agonía de la Santísima Virgen bajo la advocación de la Esperanza. Espectacular el comportamiento de los hermanos cofrades que acompañaron a su Cristo y a su Esperanza. Preciosa siempre la Virgen, iba hermosísima y exquisitamente vestida rodeada de claveles blancos. La calle Mayor, Bohuero, San Francisco, entre otras, tuvieron el privilegio de disfrutar de los dos pasos procesionales de esta hermandad que tan bien sabe guardar y plantear el silencio cada Jueves Santo. Calles que alfombraron los pasos de los nazarenos de capa verde y hábito negro.
  
La luna llena volvió a hacerse presente y al llegar a la parroquia la hermandad volvió a conmover a los presentes por las impresionantes entradas de sus titulares al templo.
 
Al volver a casa después de la procesión del Jueves Santo a muchos nos entra en el cuerpo una sensación de calma indescifrable, de intenso recogimiento y de larga espera. Hemos acompañado a Dios crucificado por nuestras calles y hemos visto su rostro dormido y su cuerpo ensangrentado. Hemos visto a la Esperanza llorosa y triste detrás de su hijo y eso nos supone para los que tenemos fe una sensación de profunda tristeza y un deseo de recogimiento agravado por la situación.    
      
 
VIERNES SANTO. PATRIMONIO RELIGIOSO
 
Podría copiar la crónica del año pasado porque la historia se repitió y volvió a salir bien fruto del esfuerzo de todos los cofrades. Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores, El Santísimo Cristo Crucificado y María Santísima de la Esperanza, La Soledad y el Santo Sepulcro volvían a aparecer el Viernes Santo una detrás de otra por el recorrido tradicional y representar toda la Pasión reuniendo el sentir de los cofrades un año más. Todos ellos con sus respectivas directivas supieron exponer todo el patrimonio semanantero que poseemos. Desde las cruces guía, los faroles, las tallas de sus titulares o los propios tronos. Símbolos e iconos que en esa tarde noche se dieron cita en Monóvar y que fueron una clara exposición de arte y Semana Santa. La devoción, el sentimiento y la fe la puso cada creyente que en ese viernes 3 abril decidió valorar lo que se posee y se cuida.
 
La sensación que nos dio una vez acabado ese acto fue la satisfacción de haber presenciado algo grande y que es el culmen de la Semana Santa de Monóvar tan deseada, celebrada y aplaudida.
 
SÁBADO SANTO. LA ESPERA
   
El Sábado Santo del 2015 volverá a ser recordado por el atronador sonido de los tambores. Es de sobra conocida la afición que muchos niños y jóvenes tienen por este instrumento y que ya en pleno otoño se hace sentir por nuestros barrios en los ensayos de cada cofradía. En el sábado de la espera es motivo para sacar los tambores y anunciar que Dios no tardará en resucitar porque así estaba escrito. Y así sucedió una vez que la parroquia se quedase limpia y preparada para la Vigilia Pascual. Al acabar, aún quedaban en la capilla de la Virgen del Remedio la mayordomía y los voluntarios quienes exquisítamente dejaban a la patrona enlutada sobre sus andas preparándola para la mañana siguiente. Ella, como el sábado, también sufren la espera que luego se convertirá en gozo.
 
DOMINGO DE RESURRECCIÓN. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO
 
La letra de la canción que nuestro sacristán entona cada Domingo de Pascua y que dice así: “Este es el Día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo” anima a los presentes en la misa de las 7’20h de la mañana. El domingo resucitó el Señor y fue una alegría y un gozo y el cielo volvió a brillar azul y espléndido. La Madre de Dios, nuestra Virgen del Remedio y patrona de Monóvar volvió a salir de la parroquia puntual para recorrer un tramo de calles hasta el  nº 170  de la calle Mayor. Allí esperaría hasta casi las 10´00h para una vez situada en la Plaza de la Malva encontrase con su Hijo. Como cada año Él se hizo esperar y tras las tradicionales reverencias, los aplausos y el gozo volvieron a reflejar el sentir de los monoveros y visitantes. Un año más la tradición y las raíces de todo un pueblo se unieron en un hecho que se repite y transmite de generación en generación. Motivo este, querido lector, para dar gracias al Señor.

Todo lo que podamos decir acerca de nuestra Semana Santa es poco. Saber de ella, de su peculiar manera de representar la Pasión, es saber de nosotros mismos y en las crónicas es donde queda reflejado lo acontecido, crónicas que revitalizan nuestras raíces y que se plantean para que no perdamos la memoria. Ésta ha sido una crónica más de una Semana Santa en Monóvar que supo simbolizar con rituales y gestos religiosos esa parte de la vida de Jesús tan amarga y desoladora.
 
 

 

Liberto Esteve Requena
Cronista de la J.M.C.S.S.M
 
Crónica publicada en la revista Cruz de Guía 2016

 
 
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