Semana Santa Monóvar - Pregon 2015

   
  Semana Santa Monóvar
  Pregon 2015
 
Pregón de la Semana Santa 2015

Queridos paisanos. Es la primera vez que me dirijo a todos vosotros desde este espacio y la verdad es que cuando D. Antonio me lo propuso y me explicó de que se trataba, me lo pensé, porque debido a las tareas pastorales en la parroquia no lo veía fácil, pero, bueno, al final, consideré que es una buena ocasión para compartir con los que me habéis visto crecer en todos los aspectos.

He de saludar, en primer lugar al S. Alcalde y corporación municipal
Sr. Cura párroco D. Antonio
Sr. Vicario José Miguel.
Presidente y miembros de la Junta Mayor de Cofradías de Semana Santa de Monóvar.
Cofrades y pueblo que participáis en este evento.

En primer lugar, mi agradecimiento a Dios  que ha ido guiando mi vida para hacer el bien que pudiera a todos los que Él me ha puesto en el camino de la vida. Deseo manifestar que el bien que haya podido hacer, a El se lo debo; el mal que con el que me encuentro muchas veces lo debo a mi negligencia y a mis pecados.

También mi agradecimiento a D. Antonio que se ha fiado de mi para darme este encargo (muy atrevido) y, con ello, me ha dado la posibilidad de dirigirme a vosotros, mis paisanos y amigos conocidos de mi infancia y juventud, y a los que desconozco por los años que estoy ausente del pueblo.

He estado leyendo la revista ”Cruz de Guia” de 2015, entre otras cosas el pregón de Pablo Jaén Mira del pasado año, magnífico por cierto, en el se nota un hombre enamorado de la Semana Santa Monovera y de las Cofradías que en ellas participan, especialmente de la suya, la del Cristo Crucificado y Mª Santísima de la Esperanza. Su pregón lleno de detalles y emotividad,  no me extraña que a su finalización arrancara los aplausos de los que asistíais.

Dentro de la Semana Santa de Monóvar, las cofradías y sus procesiones de capuchos,  han formado parte de nosotros desde tiempo inmemorial. El que les está hablando, fue cofrade, de nuestro Padre Jesús Nazareno durante varios años de su juventud. Fueron años en los que D. Miguel Llorca Bisbal, párroco, nos prohibía dar caramelos durante la procesión, así como que las mujeres pudieran acceder a participar vestidas de capuchos. Ya en aquel entonces alguna se comenzaba a “colar” en las filas, con el consiguiente “escándalo”  y repulsa de muchos cofrades mayores. Pero no se denunciaba la trasgresión a las “autoridades superiores.”

Yo entonces, no entendía demasiado de liturgia y, aunque era de misa de las 7,20 h. para ir después al trabajo a las 8, mi formación dejaba bastante que desear pero si intuía aquello que nos dice D. Jesús, nuestro Obispo en el escrito de Cruz de Guia 2015: “....En las celebraciones del Triduo Pascual, (Jueves Santo, viernes Santo  y domingo de resurrección) se hace verdad sacramentalmente aquello que nos han hecho sentir las cofradías y hermandades en nuestros pueblos.

Somos afortunados al poder escuchar el sonar de los tambores y trompetas que nos recuerdan durante toda la semana, en cada procesión, los truenos y relámpagos en el momento de la muerte de Jesús en la cruz y la resurrección que sigue con el anuncio de su victoria sobre la muerte. Ahora veo que ya ellas me preparaban  para participar en las celebraciones litúrgicas y lo hacían muy bien.  Espero que también os ayuden a todos los cofrades como a mi me ayudaron.  Y todo aquello me iba haciendo crecer en la fe, casi sin darme cuenta.

Como ya os dije anteriormente, andaba yo bastante despistado en lo que a las celebraciones de estos días se refiere hasta el punto de presentarme un año el Sábado Santo para ir a misa y encontrarme la Iglesia desmantelada. ¿Que ha pasado aquí? Me preguntaba, hasta que vi salir a D. Miguel que me lo explicó pacientemente. 
Naturalmente, ese día era un día sin celebraciones hasta el momento de la Vigilia. Lo digo por si hay alguno despistado como yo.

Encontré en Manolo Sabater, vicario por aquel entonces, mi formador, con el que comencé a conocer con más profundidad la fe cristiana. Aprovecho esta ocasión para darle las gracias, y os sugiero a todos, cofrades y no cofrades,  que saquéis el máximo partido de la presencia en nuestro pueblo de D. Antonio y D. José Miguel para introduciros más en el conocimiento de la fe y poder hacer más y mejor el bien a todos. Atendiendo a ese  dicho valenciano  que reza así: “Fes el be i no fases el mal que atre sermo no cal.”

Pero, aparte de los tambores y las trompetas que escuchamos muy pronto con sus ensayos. (Creo recordar cuando era pequeño que los escuchaba en los locales que algunos vecinos del pueblo les dejaban, concretamente en el “carrer de  la farina..”)
Digo aparte de ello, también cada paso, con su imagen tiene su simbolismo por medio del cual nos prepara a vivir intensamente la semana Santa.

El DOMINGO DE RAMOS es la puerta de entrada a la Semana Santa y comenzamos sacando a la calle la imagen de Jesús subido sobre el asno y acompañado por sus discípulos. Es el día de las palmas, en el que todos, desde que somos pequeños, los padres nos compran la palma para recordar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén imitando a los ejércitos cuando entraban a la ciudad vencedores en una batalla. Todo el mundo los vitoreaba porque habían derrotado al enemigo que los amenazaba. También Jesús entra vencedor en Jerusalén por ello lo vitorean. Saben todo el bien que ha hecho a lo largo de su vida luchando en dura batalla contra los enemigos del alma, liberando a los hombres de la enfermedad, del maligno, del sufrimiento. Pero cabalga sobre un asno, su ejercito son 12 personas humildes del pueblo; sus armas la palabra y la fuerza, la compasión de Dios que desborda en Jesús  Esto tiene su culminación en la celebración sacramental de la misa, donde Jesús Eucaristía se hace presente para nutrir nuestra vida con su fuerza, como la madre, con la leche materna, alimenta a su hijo.

Pero después tiene su comienzo la Semana Santa.
Lunes, martes y miércoles tienen su completo protagonismo las cofradías y hermandades con las procesiones. Comenzamos con la COFRADÍA DEL SANTO SEPULCRO Y JESÚS CAUTIVO.

El lunes, después de la Celebración Penitencial, le corresponde procesionar nuestras calles a JESÚS CAUTIVO, como no podía ser de otra manera.

Con esta primera procesión tenemos el inicio del calvario de Jesús. Ya ha pasado la oración en el huerto de los olivos y viene a prenderle los judios. Lo hacen con el beso de Judas, solo se traiciona a los amigos, a los que han puesto en ti la confianza. Consecuencia de ello lo llevarán delante de Poncio Pilato para poderlo condenar a muerte.

Me pasa por la mente, al contemplar la impresionante imagen con sus manos atadas, la gravedad del momento;  esos momentos angustiosos de Jesús en el huerto viéndoselas venir. El abandono de todos sus íntimos, uno traicionándolo, otro negándolo, otros huyendo, con el miedo en el cuerpo por si corrían la misma suerte que el Maestro como les dijo en alguna ocasión. “el discípulo no es mayor que su maestro” (Lc 6,40).  Otras palabras que también les pronunció “Si a mi me persiguieron también a vosotros os perseguirán” (Jn 15,20). Me viene a la mente al ver caminar con paso firme los cofrades al ritmo de los tambores y cornetas,  la firmeza y entereza de espíritu con la que Jesús afronta la situación. Sin duda, no estamos solamente ante un hombre,  es el Dios hecho hombre.  Es el amor de los amores, el que fortalece, entusiasma a los amores humanos,  al que los hombres deseamos enmudecer, quizás sin saberlo, para poder amar con mezquindad y no con un corazón limpio de toda malicia, él precisamente que dio el habla a los mudos.
Pero no puedo dejar de recordar a Poncio Pilato, a Herodes,  a Anas, a Caifas, que junto con el Sanedrín se encargan, de dictar sentencia uno, y ejecutar otros. Pero tampoco puedo olvidar al pueblo que grita “crucificalo, crucificalo”, para querernos indicar que todos somos corresponsables de la muerte del INOCENTE. Nadie nos podemos lavar las manos diciendo: Yo no he sido. Por ello también yo hago penitencia, por ello la parroquia coloca la CELEBRACIÓN DE LA PENITENCIA ese mismo día y me da la posibilidad de pedir perdón por mis pecados para encarar esta semana con un corazón limpio que pueda ver a Dios.
Por todo ello, que bello espectáculo el que podemos ver en la procesión y en el JESUS CAUTIVO, que nos acerca a la vida divina que contemplamos en el Dios sufriente.

Toda esa parte de la vida de Jesús la contemplo al ver pasar o acompañar al “Dios Cautivo” que derrama AMOR JUSTICIA Y VERDAD por todos los poros de su persona y es un espejo en el que yo me puedo mirar para una mayor perfección personal. 

El martes se nos presenta Nuestro Padre Jesús NAZARENO, la cofradía en la que participé en algunos años de mi juventud. Al contemplar tan bella imagen, con el morado de su vestido, pero con los dorados que le acompañan y el blanco interior me recuerda, me viene a la mente, que  su vida humana estuvo traspasada por el sufrimiento que le infligimos los seres humanos, sin embargo, el poco dorado que tiene sus vestidos nos lleva a decir: Es Dios. El blanco de su ropa interior nos manifestará que debajo del sufrimiento y  la muerte está la resurrección y la vida.
Amigos y compañeros en un tiempo cofrades, disfrutad de vuestra imagen, enamoraos de ella, que os transporte al Dios del cielo que tanto os ama,  que a través de ella, podáis bucear en el interior de la bondad de Dios que sufre  por amor a la humanidad y a cada ser humano.

La vesta, el capucho, la capa, el cíngulo, tiene los mismos colores porque EL NAZARENO, quiere que nos revistamos de Cristo. No quiere que nos disfracemos de cofrades sino que vivamos como cofrades,  quiere que tengamos los mismos sentimientos de Cristo. Quiere que seamos cartas vivas, bondad de Dios para todos los hombres. Cuando veo venir su imagen de frente yo le digo. Fúndete conmigo, hazme como tu: obediente y generoso en dar lo mejor de mí mismo por los demás. Y la vida, que tantas veces es morada por el sufrimiento,  se que está acompañada por ti y también le espera, igual que a ti, un destino glorioso.

LAS COFRADIAS DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES Y DE LA SOLEDAD se funden en una el miércoles en el que nos quieren recordar, los sentimientos de una madre que ha perdido a su ser más querido, su hijo, además tratado como un malhechor, llevado al patíbulo de la cruz. Cuando, por primera vez vi la Pietá de Miguel Angel en la Basílica de San Pedro del Vaticano esculpida en mármol en el siglo XV, me recordó nuestra imagen de la Virgen de los Dolores, en otra postura diferente, pero que a mí siempre me impresionó y lo continúa haciendo en estos momentos.
La Virgen no tiene la cara de amargura, sino serena, con fortaleza, como diciendo, “Hijo mío, misión cumplida” descansa que te lo has merecido. Me vienen a la memoria aquellas palabras que Jesús le dice a Maria: “Mujer ahí tienes a tu  hijo,” refiriéndose a Juan. Juan nos representa a todos nosotros a los que Jesús nos entrega a María como Madre, y sin dejar de ser Madre de Dios,  también pasa a ser madre de todos los hombres. Dice el texto evangélico: “desde aquel momento el discípulo se la llevó con él”. Es lo que Jesús quiere, que nos llevemos a María y la tengamos en el núcleo más profundo de nuestro ser, desde donde salen nuestras intenciones, pensamientos y deseos más nobles. Recibir a la Mare de Deu en nuestra casa será siempre un gran bien para nosotros porque tendremos la imagen de nuestro destino, la perfección del amor expresado en una madre del que también aprendió Jesús al decir estas palabras” Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. María es la que no tiene arrugas, ni manchas. Ella es el deseo de perfección que todo ser humano anhela.
Al contemplar su imagen quedan reflejadas estas actitudes, queridos cofrades. Miradla con respecto y veneración. Orad ante ella. Meditad en vuestro corazón, como ella hacía con las palabras y hechos de Jesús. Yo, personalmente, al mirar el azul de su manto veo su pureza, pero al ver el rojo, veo su martirio que se refleja en sus siete espadas clavadas en el pecho. Son los mismos colores de la vesta y la capa, azul y rojo. Al revestiros, amigos cofrades, nunca olvidéis que integráis en la vida, el dolor y la pureza. La virgen desea cofrades fuertes ante el sufrimiento y limpios de corazón. Cuando le permitimos entrar en nuestra casa, nos guía hasta el Sol de Justicia, su hijo, para que nos indique el camino y seamos entregados y justos en la vida, base de toda buena convivencia, base de todo progreso humano. Por ello podemos comunicar a todo el que nos quiera escuchar que la fe nos ayuda a tener un mundo en paz.
Al leer con frecuencia en esta cuaresma el Oficio de Lectura, uno de sus Himnos expresa, quizás mejor que nadie los sentimientos de la Virgen de los Dolores. Dice así:

Dame tu mano, María,
la de las tocas moradas.
Clávame tus siete espadas
en esta carne baldía.
Quiero ir contigo en la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí en mi torpe mejilla
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa lágrima que brilla.

Déjame que te restañe
ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que en lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo
donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia:
no quiero que sufras tanto.

Qué lejos, Madre, la cuna
y tus gozos de Belén:
- No, mi Niño. No, no hay quien
de mis brazos te desuna.
Y rayos tibios de luna
entre las pajas de miel
le acariciaban la piel
sin despertarle. Qué larga
es la distancia y qué amarga
de Jesús muerto a Emmanuel.


Y al ver a Jesús en los brazos de su madre, lo vemos desnudo. Queridos amigos la belleza de la imagen nos impacta, es el descendimiento de Dios. Se ha hecho un hombre y se ha colocado en el último lugar para que nadie pueda dejar de tener acceso a Él. Es el Dios que se pone en el último lugar, el que viene a servir y no a ser servido. Es la forma de ser de Dios y nos lo expresa, no de palabra, sino con la vida para que, aprendamos a vivir de acuerdo con estas palabras que el nos dice: “Por sus hechos los conoceréis” y que es el primero en poner en práctica.

La imagen de LA SOLEDAD, también nos acompaña en esta procesión. Con  lágrimas, pero sin amargura. Su rostro es sereno, tranquilo, aunque no puede esconder las lágrimas de dolor por la pérdida de su Hijo querido. Ella, con todo el cariño de madre, le tejió la capa que se repartirían los soldados en la  crucifixión de Jesús. La Virgen  está de luto. Recuerdo a mi madre llevarle luto a los seres queridos de la familia fallecidos y durante un año se vestía de color negro.

También los cofrades utilizáis el negro, pero con el fajin blanco y también la vuelta de la capa blanca. Y es que las procesiones, y todos los elementos de la semana Santa, nos están en todo momento indicando la resurrección y, con ello, la alegría de la Pascua que se acerca.

El Jueves Santo es uno de los días del año que reluce más que el sol. Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión.

En la misa del Jueves en la que se celebra la ULTIMA CENA, tenemos el exponente principal del día. En ella celebramos el inicio de la Eucaristía en la historia humana. Dentro de ella los acontecimientos más importantes para la humanidad.

Dios se hace servicio y lava los pies a los discípulos indicándoles que también ellos se han se lavar los pies unos a otros, es decir, se han de servir mutuamente. No olvidemos el mandamiento del amor fraterno que nos dice: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado.” Jesús lo llevará a la práctica hasta sus últimas consecuencias, incluso rogando por sus enemigos al Padre.

Queridos cofrades y amigos todos, en la Eucaristía está el futuro de la semana Santa. He aprendido a lo largo de estos 32 años de sacerdote,  aquello que los primeros cristianos que vivían en el imperio romano decían a sus verdugos cuando los invitaban a renunciar a la Eucaristía. Contestaban: Sin ella ya estamos muertos. De ahí salen los nutrientes que dan la fuerza de Dios para vivir la fe en la vida, por ello sin extenderme más, animaros a la participación en esta importante celebración de la Semana Santa que nos prepara para el triduo pascual. (muerte, sepultura y resurrección)

Por la noche tenemos la procesión del Silencio.

Desde pequeño, es una de las procesiones que más me han llamado la atención. No podíamos hablar cuando mirábamos pasar la imagen, el silencio era sepulcral. No podíamos molestar a Dios, porque él estaba ya durmiendo. Esta Hermandad del Santísimo Cristo habéis  incorporado también, en conexión con la Hermandad de la Macarena de Sevilla la devoción de la Virgen de la Esperanza que junto con el Crucificado procesionan nuestras calles. Ellas nos recuerdan  la crucifixión y muerte de Jesús y al mismo tiempo la Esperanza nos acerca a la resurrección del hijo de Dios.

Amigos cofrades, con la vesta negra expresáis el luto de Cristo muerto en la cruz, con el capucho y el fajín rojo el derramamiento de sangre del hijo de Dios y con la capa verde la Esperanza en la resurrección. Es un conjunto que expresa que la muerte no es la última palabra de la vida. Esta es una procesión llena de Esperanza. Es la actitud con la que somos  llamados a vivir en la vida, especialmente en este tiempo en el que la falta de empleo y las situaciones de precariedad de muchas familias hacen que podamos entrar en la desesperacion.  ¡revistámonos de Esperanza!! Queridos paisanos, el futuro está en nuestras manos.

No nos podemos perder el Via Crucis del Viernes Santo. Lo vivi con intensidad durante muchos años. Y también hoy estamos destinados a vivirlo con la máxima intensidad. Porque el Via Crucis nos va a indicar, no solamente la pasión de Jesús desde que fue detenido en el Huerto de los Olivos hasta su crucifixión, sino que también nos dará a conocer los Via Crucis que, en este momento hay en el mundo debido al pecado que se manifiesta, entre otras cosas, en la injusticia de los hombres. Son los momentos más difíciles de la vida de Jesús, o al menos los más dolorosos que vamos a contemplar en esta semana. Me recuerda la imagen de Jesús en una de sus caídas en la que se le acerca María su Madre, en la película de La Pasión de Cristo de Mel Gibson que le dice al oído, sollozando: “animo Hijo, ya falta poco”. Cofrades y amigos no nos lo perdamos y meditémoslo en nuestro interior.

Los OFICIOS O CELEBRACIÓN DE LA MUERTE DEL SEÑOR marcan también el viernes Santo. Desde que se termina la misa de Jueves Santo hasta la finalización de los oficios, vivimos en esta semana un tiempo de adoración muy especial velando junto a Jesús en el MONUMENTO y recordando su oración en el huerto de los olivos, acompañado por Pedro Santiago y Juan. Son unos momentos privilegiados en los que podemos meditar con serenidad y sosiego la Pasión de Cristo.

Celebramos la muerte de Jesús, como acto más importante del día en el que entrega su vida al Padre, la pone en sus manos. “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu, y dicho esto expiró”. Esta celebración nos invita a adorar la cruz como signo de la aceptación de nuestras cruces diarias  para vivirlas con la misma actitud de Cristo.

Finalmente, LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO, termina con las celebraciones procesionales. Todos los cofrades participáis en ella. Con la gravedad que supone el momento. El cristo yacente que contemplamos nos recuerda la verdadera muerte de Dios. Los hombres hemos matado a Dios y lo hemos enterrado. Un Dios hecho hombre  que pasa por la vida haciendo el bien a todos. Que le pide a su Padre que perdone a los que lo están matando, porque no saben lo que se hacen, y ello,  en el momento de entregar el último aliento de su vida, en pleno sufrimiento. Pero nosotros aunque creemos que lo hemos “liquidado”, realmente no es así, está actuando. Ha entrado en el mundo de los muertos, no para quedarse, sino para liberarlos, no para ser encadenado, sino para romper cadenas. Es una muerte durante la cual Dios no para de actuar. Podemos haber matado a Dios, y lo hemos hecho, pero Dios sigue viviendo porque satanás no es más poderoso que Dios porque el mal no es más fuerte que el bien. Gran misterio delante del cual Dios nos invita a que nos situemos en esta Semana Santa, contemplando y meditándolo en silencio, no tanto tratando de comprender con la razón, porque va más allá de toda razón, sino de aceptar e integrar en cada uno.

Sin embargo después de 40 horas aproximadamente que se pasa en el sepulcro llega el momento de júbilo y alegría más importante de toda la semana,  al que ha ido dirigida toda Semana Santa, lo vivimos en la Vigilia Pascual. La vida vence la muerte,  la luz acaba con la oscuridad.

En ella recordamos que la resurrección de Jesús y toda su vida no se queda con él, no es para su exclusivo beneficio,  sino que puede hacerse vida en cada uno, puede introducirse en cada ser humano para que podamos ser otros Cristos. Es lo que ocurre con la liturgia Bautismal de la celebración y lo que pasa en cada bautismo de cualquier criatura. La resurrección de Jesús se funde con el bautizado, penetra en el corazón humano como una semilla en la tierra,  que deberá ir creciendo a lo largo de su vida.

La Procesión del Encuentro del Domingo de Pascua con la virgen del Remedio y el Santísimo en el Plaza la Malva es uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa. Todos nosotros también lo vivimos con gran fervor y la celebración de la Misa a la llegada a la parroquia.

En Monóvar realizamos  este acontecimiento con el Santísimo, en otros pueblos lo hacen con una imagen del resucitado. Un privilegio, el nuestro, que no todas las poblaciones tienen y por el que podemos dar gracias a Dios.

El día de Pascua, por la tarde, comienza el ambiente festivo pascual, con la “mona”. En mis años jóvenes, invitábamos a las chicas para que nos llevaran la merienda. Los chicos pagábamos la entrada del cine. No eran pocas las parejas que se consolidaban en las pascuas. La costumbre era acercarse a la Estación de paseo o a Bolom, Aunque también solían ir a la Zafra, todo ello andando, naturalmente, de esta forma había tiempo para charlar y conocerse mutuamente durante todo el camino de ida y vuelta. En fin, han sido siempre días primaverales de mucha alegría.

Hemos terminado el recorrido por la SEMANA GRANDE de los cristianos. ¿Solamente de los cristianos? No sirve para los musulmanes, para los budistas, animistas, ateos agnósticos, alejados, indiferentes,  los que no son “nada” porque no se les ha hablado nunca de Dios? Si es así convertimos nuestra fe en una secta, con unos ritos para unos cuantos convencidos que a ella pertenecen. Pero entonces donde quedarían las palabras de Jesús que nos dice “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”

La fe cristiana, encaja en cada persona humana, cualquiera que sea su cultura, raza, color o religión. Todos tiene derecho a conocer a Dios para que puedan saber  cuan bueno es el Señor y se puedan acoger a Él. Es, por tanto, una propuesta que no debemos dejar de hacer los creyentes a todo el mundo, porque todo el mundo, aun sin saberlo, lo espera de nosotros y no los debemos defraudar.

Por ello la Iglesia ha sido, es y será misionera, es decir, procura extender el amor de Dios a los todos los corazones humanos para que todos sepan que la Pasión, muerte y Resurrección de Jesús es el germen de una sociedad nueva basada en el amor y la justicia;  para que ello sea posible,  Jesús se convierte  en camino, (yo soy el camino) y al mismo tiempo, por medio de los sacramentos de la Iglesia se nos da la fuerza necesaria para seguirlo, y,  de esta forma, podamos, con un corazón limpio, trabajar por la paz, mientras tanto que esperamos un cielo Nuevo y una tierra Nueva donde habite la justicia. Dios tiene además, para nosotros una estancia preparada allá donde ya no habrá ni dolor ni muerte ni corrupción alguna.

La fuerza que emana de esta semana vivida con profundidad es tal que puede hacer temblar los cimientos del espíritu del ser humano más incrédulo y con más maldad en su corazón,  esto le ocurrió a San Pablo y a otros muchos a través de la historia, esto le ocurrió también al buen ladrón crucificado al lado de Jesús que le dijo:  “acuerdate de mi cuando llegues a tu reino”.

Las Cofradías y Hermandades tenéis una misión muy importante que cumplir: Sois instrumentos de Dios para acercar a los hombres de nuestro tiempo a Él. No debéis perder de vista nunca esta tarea que ha puesto en vuestras manos. El esfuerzo que hacéis todos los años en encomiable, buscar la perfección en  todos los actos que realizáis es magnifico, mantener las imágenes en perfecto estado para acercarnos a todos a Dios es un servicio a todos los monoveros que no tiene precio; todo ello,  que sea para mayor gloria de Dios, es el objetivo que nunca debéis perder de vista.

A todos vosotros, paisanos, os invito a que viváis la Semana Santa en Monóvar, sacándole el máximo partido.

Un saludo a los enfermos que os encontráis en vuestras casas imposibilitados para asistir a acto alguno. Dios en esta semana santa está también muy cerca de vosotros como lo estuvo cuando vivió en Palestina, hace 2000 años de todos los enfermos. La oración de un enfermo vale su peso en oro. Tenedlo presente.

Gracias por la paciencia que habéis tenido conmigo. Espero que se haya dormido alguien. Si es así ya lo podéis despertar. Si no fuera así,  me preocuparía mucho, porque a Jesús se le durmieron los tres en el huerto de los olivos, a Pablo se le durmió uno mientras predicaba, se cayó por la ventana y tuvo que ir a reanimarlo, y, por supuesto, es evidente que yo no estoy a la altura de ninguno de ellos.

Que Dios os acompañe estos días y todos los días de vuestra vida. Buena noches


 

D. José Limorti Guill.

Pronunciado el 21 de marzo de 2015 en el Teatro Principal de Monóvar


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