Excelentísimo señor alcalde de nuestra ciudad de Monóvar D. Alejandro, miembros de la corporación municipal, señor párroco de Monóvar D. Manuel, miembros de la Junta Mayor de Cofradías, Hermandades, cofrades y en definitiva todos amigos y hermanos.

En primer lugar, quiero disculparme de los presentadores, de Paco y de Ana, porque el otro día me llamaron, el domingo, y me dijeron que les añadiese alguna “cosica” de la biografía o currículo… y podía haberlo hecho, incluso estuve a punto de hacerlo, pero no lo he hecho. Solo les ha faltado decir donde estoy, creo que todos saben que estoy de párroco en Molins y la Campaneta.

Bueno…

Nos dice la Real Academia de la Lengua que pregón es discurso elogioso en el que se anuncia al público la celebración de una festividad y se le incita a participar en ella.

Por tanto, el objetivo del pregón es dar algunas palabras que nos sirvan de invitación a vivir la Semana Santa mejor.

Hace dos años D. Manuel me invitó a presidir la Misa mayor, el día de la “Mare de Deu” la Virgen del Remedio, el 8 de septiembre. Yo acababa de ser ordenado sacerdote y en esa celebración os decía que Cristo nos amó y se entregó hasta la muerte.

¿Y cómo conocemos nosotros a Cristo? Sobre todo por la Palabra de Dios, Él es el verbo de Dios hecho hombre. Por cierto, hoy es el día de la Anunciación, tal día como hoy hace veintidós años entré a formar parte de los monaguillos, y José el Sacristán, aunque a él le gusta que le llamen “Monesillo” me enseñó todo lo del Altar y el presbiterio.

Y yo os propongo vivir la Semana Santa meditando el Evangelio, dónde hay muchos personajes y muchas escenas, sabéis que durante estos días emitirán también en la televisión, películas sobre Jesús de Nazaret. Decía San Jerónimo “Quien desconoce las Escrituras desconoce a Cristo”

Yo os propongo no vivir la Semana Santa cómo espectador (recuerdo ver cuando era pequeño en la puerta del Petiset, mientras pasaban los pasos de Semana Santa, a gente como espectadores comiendo pipas) observando, mirando de una forma pasiva, así no se vive como protagonista. Os propongo vivir la Semana Santa como protagonistas donde siempre está Jesús y estoy yo, cada uno de nosotros, los dos protagonistas más importantes de la Semana Santa.

Es conveniente, que nos preguntemos ¿quién es Jesús? Y también ¿quién es Jesús para mí?

Jesús es el Hijo de Dios, aquél que se hizo Carne, que se hizo hombre ¿para qué? Para salvarnos, que nos amó hasta el extremo, que derramó su sangre, su vida por nuestra salvación, que nos invita a seguirle. Hay una frase de San Agustín, que a mí personalmente me gusta mucho, dice: “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Esforcémonos en conocerlo, amarlo y seguirlo.

Os propongo que hagamos un recorrido por algunos de los personajes del Evangelio que saldrán durante la Semana Santa:

Primer personaje, Pedro.

Pedro ama locamente a Jesús, es un hombre impulsivo, con carácter fuerte, hasta el punto que saca la espada cuando van a por Jesús los soldados romanos en el huerto de los Olivos, y tira a matar, le cortó la oreja a uno de ellos.

No han pasado 24 horas de esto, cuando una mujer le señala con el dedo diciéndole éste también iba con él, y dice él “no lo conozco”.

En Pedro nos podemos ver reflejados cuando relegamos nuestra fe a nuestra esfera privada, cuando nos da vergüenza decir que vamos a misa, cuando decimos que somos amigos suyos pero que no nos vean juntos, os invito a preguntaros ¿es Jesús mi amigo? ¿O sólo lo conozco?

Cuando la cosa va bien, Pedro está con Jesús, pero cuando la cosa se fea, no lo conoce.

Segundo personaje, Poncio Pilatos.

En la parroquia donde estoy le conocemos como Eccehomo “he aquí el hombre”. Vemos a Cristo semidesnudo, ha sido escupido, insultado, ignorado, traicionado, flagelado, le han puesto la corona de espinas y lo sacan a la plaza pública y Pilatos le pregunta ¿Eres tú el Rey? A lo que responde “Tu lo has dicho”

Pongamos imaginación, vemos a Cristo sangrando, sufriendo, cómo no preguntarnos de verdad eres rey, porque la palabra rey la asociamos a mandar, a ordenar, imponerse… y le contesta Él: “Tú lo has dicho!

Y Cristo dice: “mi reino no es de este mundo”. En este mundo el rey es el que manda, pero en el de Cristo no, nos dice Él “el que quiera ser el primero que sea el servidor, que sea el último”

También nosotros podemos tener la actitud de Pilatos, de dudar del poder de Cristo cuando nos llega el sufrimiento.

Éste rey carga con su cruz, y aparece otro personaje Simón de Cirene

Tercer personaje, Simón de Cirene.

Un hombre que pasaba por allí, y le dijeron los soldados, tú ayuda a llevar la cruz.

También nosotros podemos ser el cirineo, no podemos quitar las cruces de los demás, cada uno tiene que llevar su propia cruz, pero sí que podemos aliviar el peso de la cruz de los demás.

Recordemos aquel fragmento del evangelio que se refiere a las obras de caridad, dar de comer al hambriento y de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar al enfermo y al preso. Y nos dice Jesús “cada vez que hiciste esto, me lo hiciste a mí”.

Ahora, he dicho que íbamos a meditar la Palabra de Dios, pero voy a mencionar a una que no aparece en los Evangelios, que la rezamos en el Vía Crucis, y también a María Magdalena.

Cuarto personaje, La Verónica y María Magdalena

Con su pañuelo le limpia el rostro de Jesús, fue una caricia, en ese momento con la cruz a cuestas, dolorido, ensangrentado, sufriendo, al pasarle el pañuelo se llevó el rostro de Jesús.

También nosotros, como la Verónica y el cirineo podemos aliviar a los demás.

María Magdalena escucharía poco después de labios de Jesús ya en la cruz “tengo sed”. Como no recordar aquel pasaje del Evangelio en el que Jesús pide de beber a la samaritana que va al pozo a por agua. Y le dice, si supieras quien te pide de beber tú me pedirías a mí. Y ahora está pidiendo Jesús de beber en la cruz, ¿a quién? A mí, es un gesto de amor.

Quinta personaje, Tres mujeres

Muere Jesús en la cruz, y hay tres mujeres increíbles, que sabiendo que Jesús ha sido enterrado en el Sepulcro y han puesto una piedra de gran tamaño en su sepultura, acuden allí, y nos dice el Evangelio que comentan ¿quién nos quitará la piedra? Sin saber cómo se va a resolver el problema van,  también nosotros nos podemos ver reflejado con estas tres mujeres, cuando sabemos que hay algo bueno que tenemos que hacer y no sabemos ni cómo hacerlo ni como nos saldrá, pero esto es bueno, esto hay que hacerlo, Dios se servirá de ese acto de fe para remover la piedra.

A veces, nos puede pasar en la tarea de anunciar el Evangelio, debemos de saber que Dios se sirve de nosotros, para amar, ayudar, consolar…

Sexto personaje, los discípulos de Emaús

Hay dos personajes del Evangelio que cuando Jesús ya ha resucitado, ellos no se han enterado, y van de camino de vuelta hacia su casa. Van tristes, habían puesto sus esperanzas en el Mesías, y éste al que aclamaron ha muerto en la Cruz.

Jesús se hace el encontradizo, se encuentran en el camino, y comienza a hablarles de las Escrituras, por ejemplo, en Navidad, que celebramos en nacimiento del Hijo de Dios, en nuestra Carne, que se hace hombre, se hace uno de nosotros, escuchábamos en las lecturas de la misa, “de ti Belén la más pequeña de las aldeas nacerá el mesías”; y durante la Semana Santa escucharemos “como cordero llevado al matadero no habría la boca”. Jesús se hace el encontradizo al encontrarse con estos hombres que van tristes y le pregunta “Que es lo que ha pasado” a lo que le responden “¿eres tú el único que no se ha enterado? Aquel en el que habíamos puesto todas nuestras esperanzas y nos iba a liberar, ha muerto en la cruz. ¡Y Jesús que hace? Les habla de las Escrituras del Antiguo Testamento y todo lo que se refiere a Él. Cuando llegan a Emaús, él hace como que sigue, y le dicen “quédate por que anochece, y lo reconocen al partir el pan”. Hay un versículo del evangelio de Juan que dice “quien me come vivirá por mí”, ojalá queridos amigos, hagamos caso a lo que nos dice San Pablo, el ideal cristiano “ya no soy yo quien vive, sino es Cristo el que vive por medio de mí”. Y ya sabéis que todo cristiano debe esforzarse para que Él viva per medio de nosotros.

Séptimo personaje, El Buen ladrón

Y por último os quiero hablar también de otro personaje, aunque nos lo hemos saltado cronológicamente. En la Cruz, nos dice que había dos malhechores crucificados con Él. A uno de ellos nos referimos como el buen ladrón. El buen ladrón, cuando el otro se pone a increpar a Jesús le dice “ni siquiera temes tu a Dios estando en la misma condena”, y le dice esta frase “Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”.

Que también nosotros hagamos esa Oración tan sencilla “Acuérdate de mí Jesús” y procuremos no separarnos de Él.

Dentro de unos días, en la Semana Santa, celebraremos nuestra fe manifestándola en las calles de nuestra ciudad. Saldrán como todos los años las distintas Cofradías; Jesús triunfante, El Nazareno, el Santo Sepulcro y Jesús Cautivo, La Dolorosa, La Soledad, El Cristo y la Esperanza. Pero ya sabéis que el Domingo de Resurrección, el Domingo de Pascua tendremos en Santo encuentro entre Jesús Sacramentado y la Virgen María.

Os animo a participar en esta Semana Santa meditando el Evangelio y procurando hacerlo vida en nosotros.

Muchas gracias por la invitación a los miembros de la Junta Mayor de Cofradías, en nombre de su presidente Liberto, y muchas gracias también a todos ustedes por escucharme.