Semana Santa Monóvar - Pregón 2011

   
  Semana Santa Monóvar
  Pregón 2011
 

Pregón de la Semana Santa 2011



Como el tiempo pasa tan deprisa, aún no hemos terminado de guardar el Belén y ya estamos cerca de la Pascua, esto me recuerda lo que otro pregonero pregonaba:

Hace mucho tiempo y fue ayer, una estrella, bendita por su luz y su fuerza condujo a tres Magos de Oriente hasta Belén, un pequeño pueblecito, perdido entonces, donde una mujer sencilla, humilde y desconocida, acababa de dar a luz a un Niño, en una pequeña gruta que servía de Establo, porque no había sitio para Él en la posada.

La Mujer, la madre de aquella criatura se llamaba María, aunque aquí la conocemos por Remedio. Y estaba casada con José, un carpintero de Nazaret. Un Padre, una Madre, un Hijo, una Familia más. A ese recién nacido le pusieron por nombre Jesús, y el mensaje que comenzó a pregonar siendo ya hombre, aseguraba que todos somos hermanos, porque Dios Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, es nuestro Padre.

Y es ese mensaje de fraternidad absoluta, con todas sus consecuencias, lo que nosotros aquí conmemoramos en la Semana Santa Monovera, y lo que yo quisiera comenzar a transmitiros con mi humilde y sencillo Pregón.

Ilmo. Sr. Alcalde de esta Ilustre ciudad de Monovar, amigo Salvador, y corporación municipal.

Sr. Cura Párroco, y Vicario Parroquial. De la Iglesia Arciprestal de san Juan Bautista.

D. Rafael Maluenda Verdú Viceperesident primer de les Corts Valencianes. Monovero, y antecesor en esta tribuna.

D. José Ríos Armero, presidente de la Junta Mayor de Cofradías de Semana Santa de Monovar, presidentes de todas y cada una de las cofradías, juntas directivas.

Y amigos todos, que nos hemos congregado esta noche para pregonar la semana santa, un saludo muy especial a los mayores, enfermos y todos aquellos que hubieran querido estar aquí esta noche y que por diversos motivos no han podido.

Queridos cofrades y amigos todos de esta ciudad de Monovar y amigos que nos acompañáis de otros lugares.

Lo primero que siento lo obligación de hacer al ocupar hoy este lugar de honor y de servicio, es agradecer la enorme atención que la junta Mayor ha tenido conmigo, por ello, además de agradecer los elogios y méritos que tan generosamente me atribuyes, por haberte acordado de mí para tan grande y hermosa tarea.

Mirad los únicos méritos que yo tengo para estar aquí esta noche, es vuestro cariño y que como sacerdote, por la Gracia de Dios, he sido Párroco de la para mi, muy querida Iglesia Arciprestal de San Juan Bautista, y esto no es mérito mío.

Yo no conocí la Semana Santa en la calle, hasta que entre al Seminario, ya algo mayorcito, pues en mi pueblo, Ibi, habían desaparecido cuando yo era niño estas solemnes manifestaciones de fe, sólo recuerdo, de muy niño quizás 3 o 4 años, la procesión del Santo Entierro, pero con las personas del pueblo, acompañando el Sepulcro, porque no había cofradías.

Hace unos años un grupo de fieles comenzaron con ilusión desde mi parroquia natal de Santiago Apóstol y hoy son una realidad, que tiene mucha fuerza y precisamente allí tuve el honor de hacer mi primer Pregón de Semana Santa.

Cuando hace ya algunos meses, me llamo Quico, a quien saludo cordialmente, y me ofreció la oportunidad de estar hoy aquí con vosotros, recordándome, el que cuando yo era párroco, comenzamos a hacer los estatutos canónicos de la junta, "aún recuerdo con cariño, aquellas reuniones, donde hablábamos, "discutíamos" y hasta parecía que nos peleábamos, pero que han dado el fruto que se esperaba, y la prueba es que hoy estamos aquí, la revista Cruz de Guía que editáis, las nuevas imágenes que procesionais, etc. etc. Pero lo cierto es que pensaba que había muchas personas que tienen más méritos que yo para estar aquí esta noche, méritos como el de ser Monoveros, aunque lo he sido durante cinco años por la misión encomendada por mi Obispo, la amistad que ha quedado en mi corazón, de algún modo, me hace sentirme y ser algo monovero, y con orgullo digo muchas veces cuando sale algún tema de Monovar, Yo fui cura de Monovar. Tampoco he sido nunca Cofrade, y algunos de vosotros lo sois desde antes de andar. Ni he trabajado como os he contemplado a algunos de vosotros con ilusión y mucho esfuerzo, arrimando el hombro para que la semana santa de Monovar, sea una realidad creciente.

Os aseguro pues que estoy aquí, poco menos que cumpliendo un voto de obediencia, porque en absoluto me considero digno de pregonar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Solo el haber tenido en cuenta lo que tantos de vosotros trabajáis cada año por la Semana Santa me ha obligado a aceptar tan hermosa invitación. Tampoco soy digno de celebrar la Eucaristía y la he celebrado con vosotros durante cinco años y la celebro ahora con los Villeneros.

Por todo ello, lo mismo que lo primero que hacemos cuando nos ponemos ante Dios al celebrar la Eucaristía es pedirle que perdone nuestros pecados, yo le pido aquí delante de todos que perdone los míos, y "li demane a la Mare de Deu del Remei, que m’ajude", y además de agradeceros vuestra presencia os ruego también que perdonéis los fallos que encontréis en mis pobres y humildes palabras.

Y ahora me gustaría compartir con vosotros un recuerdo muy especial hacia todos los que nos han precedido como cofrades, y cuya obra nosotros continuamos, porque lo mismo que es asombroso y gratificante comprobar que en muchas culturas lejanas y antiguas, a veces consideradas salvajes, existe la creencia firme en la vida después de la muerte, y en que sus antepasados los ven y los oyen, los que creemos en Jesús de Nazaret tenemos lo esencial de todo eso como dogma de fe: La Comunión de los santos que proclamamos en nuestro Credo, nos asegura que todos los que se fueron durmiendo en los brazos del señor, muchos de ellos cofrades hasta la médula de sus huesos, que contemplaron, rezaron y lloraron, ante la Virgen del Remedio, el Nazareno, la Soledad, la Dolorosa, el Cristo, el Sepulcro. Esos que entre otros muchos, cada uno de nosotros tenemos en estos momentos en nuestro pensamiento y nuestro corazón, todos ellos, nosotros tenemos ahora la esperanza cierta, como nos prometió el Nazareno de que volveremos estar juntos de nuevo y para siempre. Contemplando el amor de Dios al que las imágenes, nos acercan.

Pues bien yo creo que es importantísimo que tengamos una idea absolutamente clara de la grandeza y de la trascendencia de los hechos que pregonamos en nuestra Semana Santa, y más ahora que de tantas formas, nos llegan intentos incalificables de ridiculizar nuestras creencias más sagradas y sus símbolos o de compararlas con un cuento cualquiera.

Lo que nosotros pregonamos, es la historia más grande que jamás pudo ser contada o soñada, y es esencial que no la olvidemos nunca, pero sobre todo cuando os preparáis para procesionar.

Permitidme que os lo recuerde, los hechos que pregonamos tuvieron lugar hace ya 2000 años, cuando todo nuestro mundo mediterráneo formaba parte de una máquina de poder absoluto que era el imperio romano:

Su emperador tenía rango de divinidad, y el negarse a rendirle culto suponía el martirio y la muerte. Que tantos cristianos sufrieron.

Las riquezas las magistraturas y todo el poder estaba en manos de los poderosos patricios, pero la clase social sobre la que descansaba todo aquel edificio, y cimiento intocable del mismo, era la esclavitud, si ella desaparecía, aquel imperio se derrumbaba.

Por eso para poder comprender en todo su alcance el impacto que tuvo el mensaje de fraternidad radical que pregonamos, es imprescindible tener presente que los esclavos no tenían la consideración jurídica de persona: eran cosas que se compraban y vendían, y que podían ser destruidas, llevadas a la muerte por sus dueños o por los poderes públicos incluso para divertirse.

Y así las cosas, el emperador ordena que todo el mundo se empadrone en su ciudad de origen y nuestra familia nazarena se pone en camino de Belén.

María está a punto de dar a luz, pero en la ciudad de David no queda un mal rincón donde poder acogerlos y tienen que refugiarse en un establo y allí nace Jesús.

La historia universal de la desesperanza acababa de tocar fondo en aquel pesebre que servía de cuna a nuestro nazareno recién nacido.

Luego, para que no maten al niño tienen que emigrar a Egipto y al final, pueden volver a Nazaret y continuar con su vida, hasta que un día el hijo de María y de José, ya hombre, comienza el pregón de su mensaje revolucionario y transformador.

Las cosas que aquel Nazareno decía y hacía, atravesaron los siglos y fueron transformando a todas las personas y pueblos que lo conocían.

Curaba a los ciegos, paralíticos, enfermos que le presentaban, a su amiga Marta le dijo que Él era la Resurrección y la Vida: "Quien cree en mí, no morirá para siempre, Resucitará". Nadie había escuchado jamás algo semejante, y para demostrar que podía cumplirlo, resucitó a Lázaro, ante el espanto mortal de los presentes, y sus enemigos deciden darle muerte.

Y decía cosas desconcertantes y disparatadas:

Les perdonaréis los pecados setenta veces siete. Yo tampoco les condeno. Bienaventurados los pobres, los enfermos, los muertos de hambre y de frio, todos los pobres de la tierra eran bienaventurados ahora; y establece como norma suprema de conducta, el hacer por ellos lo que estaríamos dispuestos a hacer por Él: porque tuve hambre y me diste de comer, porque iba a morir, y me diste los órganos que ya no necesitabas, o no me esperabas, no me buscabas y me dejaste nacer. Y a su compañero de Calvario que reconoce su culpa: te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso. Amarás a tu prójimo como yo te he amado. Yo soy el camino, la Verdad y la Vida. Padre nuestro que estás en los cielos.

Todo ese mensaje de perdón de fraternidad radical, de exaltación y respeto del ser humano con todos sus derechos inalienables, y de vida sin fin después de la muerte, y mucho más, es lo que nosotros pregonamos con nuestra Semana Santa. Yo desde aquí, y vosotros con vuestros tronos y vuestras imágenes, por las calles de Monovar.

Ningún pensamiento, ni revolución política, ni filosófica, ni religiosa ha conseguido jamás, los logros de paz, solidaridad, consuelo, esperanza, libertad y justicia que logró y sigue logrando el mensaje de Jesús Nazareno.

A pesar de las sombras, algunas gravísimas, que no son de su mensaje, sino de los mensajeros, es decir nuestras.

Pero claro ni Roma ni Jerusalén podían consentir semejantes desvaríos. ¿Cómo iban a ser hermanos los esclavos y los cónsules del Imperio y sólo existir un Dios verdadero, que encima no era el emperador. Semejantes ideas no solo eran una herejía, eran un delito de alta traición al estado. Y por lo tanto había que acabar con ellas. Algunas de estas cosas se repiten hoy, como siempre.

Y Pilatos envía a Jesús a la Cruz, en pura lógica, con aquello se acababa todo, pero nuestra lógica no coincide con la de Dios y el mensaje que se intentaba borrar de la faz de la tierra, en lugar de desaparecer, comienza a conocerse por todas partes y cada día son más los creyentes pero comienzan también las persecuciones y los mártires, por ese crucificado, esa cruz que tanto les molesta hoy a algunos. Ahora bien , ni todas las cruces del imperio, ni las fieras del Coliseo, ni el pretorio de Mérida, ni ningún poder del mundo, son capaces de frenar su fuerza, y el emperador Constantino gracias a la cristiana que lo trajo al mundo, su madre santa Elena, concede la libertad religiosa a sus súbditos y el mensaje de Jesús se sigue pregonando y, los pueblos germánicos abrazan la fe de Cristo y por recordar alguna cosa, en la España cristiana aparece el Camino de Santiago comunión espiritual y cultural de toda Europa, camino que configura la Europa que hoy conocemos. Y con él el arte románico, y el arte gótico, inmenso y luminoso, que nos arrastra con sus catedrales hacia el cielo y en Monovar aparece Santa Bárbara como cúpula de nuestra ciudad. La Iglesia del Exconvento, y la Arciprestal de San Juan Bautista, con la capilla de la Mare de Dèu que guarda la Imagen de nuestra patrona sobre la presencia real de Cristo, aquel mismo que vivió en Palestina, y que murió por nosotros en la Cruz. Y la esclavitud va desapareciendo poco a poco, y luego daría lugar al nacimiento de las universidades, y nuestro pregón nazareno atraviesa el océano con las naves de Castilla y llega al Nuevo Mundo y al Pacífico y a Asia y a África, y por todas partes brota con el agua que quita la sed para siempre, escuelas, misiones, hospitales y centros que recogen entonces y ahora a los más abandonados de la tierra, y ven la luz las primeras leyes de la historia que intentan defender a los conquistados de los conquistadores. Y los códigos de justicia se hacen más justos y fundamenta y defiende hasta hoy los derechos humanos más sagrados e inviolables, y aparecen tradiciones grandes y hermosas, como las fiestas del Domingo, descanso semanal. Las fiestas navideñas, entrañables y familiares, etc. etc. y especialmente nuestra Semana Santa y ahora mismo en estos precisos instantes, miles de misioneros, y seguidores del nazareno como nosotros lo están pregonando por toda la tierra, algunos con sus vidas.

¿Vosotros pensáis que todo eso puede ser obra de un pobre ajusticiado en una cruz y enterrado, sin más, para siempre?

Pues todo cuanto acabo de contaros, y mucho más, es el verdadero pregón cristiano, la verdadera revolución cristiana, la más grande de todos los tiempos. Nosotros no podemos tener complejos ni vergüenza alguna de formar parte de semejante aventura de justicia, solidaridad y esperanza.

Por eso pienso que con nuestras procesiones, con sus pasos y sus imágenes, tenemos que proclamarla cada año con más fuerza si cabe, porque son como el libro sin palabras donde puede leer todo el mundo, gracias a vosotros, cofrades, nazarenos, bandas, vosotros también sois pregoneros como yo: el sitio es lo de menos. Vosotros y todos los cientos de monoveros y monoveras que, sin salir en los medios de comunicación, hacéis posible nuestra semana santa. Dios sí sabe vuestros nombres.

Hace ya tiempo que lo anunciaban vuestras bandas de cornetas y tambores, al principio de sus ensayos, a veces tormentos para el oído, pero luego realizan el milagro y saboreamos la música que acompaña a nuestras imágenes. He visto tantos jóvenes tocando para Jesús y su santísima Madre. Y a tantos, caérsele las lágrimas, ante las notas y las imágenes al hacer su entrada en la Arciprestal de San Juan Bautista. Tenemos que mimarles por lo que representan, seguid tocando que estáis en el buen camino.

Pues bien, nosotros los monoveros, permitidme que lo diga así, conmemoramos y pregonamos tan trascendentes acontecimientos únicos en la historia, de la forma siguiente: Después de haber celebrado cada cofradía la Eucaristía durante los sábados de cuaresma y ayer haber recorrido el camino del calvario mediante el Viacrucis y el tradicional "besapiés" a la imagen del Santísimo Cristo Crucificado, como besando ese sacrificio, el único sacrificio que nos puede salvar y que seguimos ofreciendo cada día en la Eucaristía. Después el pregón de la Semana Santa, que este año me habéis hecho el honor de pregonar pues aunque lleváis algunos años, para mí es novedad, para mí es una de esas novedades, que comenzaron estando yo ya en Villena, y que me llenan de gozo al ver crecer la Semana Santa Monovera.

El próximo sábado después de la misa vespertina del domingo de Pasión otra grata novedad, la bendición del paso de la Virgen de la Esperanza. Con ella aguardamos el cumplimiento de de esa esperanza que no defrauda.

Y ya dando comienzo a esa semana santa que es toda ella un pregón, la bendición de las Palmas en el querido exconvento cuidad ese templo, que vuestros antepasados construyeron con tanto esmero y sacrificio, para que siga realizando su función, y con la entrada de Jesús Triunfante, todo el pueblo aclamaremos al que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel, el rey del mundo que cabalga, sobre el "burret" que nos anuncia ya el verdadero triunfo que cada domingo celebra la Iglesia.

Recuerdo un canto que se cantaba en las misas con niños, los de la catequesis, que se preparaban para la primera comunión, allá en el "exconvent" y también en la Iglesia el día de la primera comunión, veo a Juan Antonio, el Vicari, haciendo los gestos con las catequistas para que los niños, y también los padres los aprendieran: "Ponte guapo para el Señor" el te mira con buena fe. Se asomo a tu interior y saco lo mejor, ponte guapo para el Señor". Y es que toca ponerse guapos para el Señor, para recibirle en estos días tan entrañables, para cumplir el precepto Pascual y comulgar como Dios manda, es la celebración Penitencial y hay que ponerse guapos para el Señor, que saca de nuestro interior lo mejor que el mismo ha puesto en cada uno, y estamos pregonando su misericordia al acercarnos a este bendito sacramento, que nos limpia y hermosea, no sólo para el Señor sino también para nosotros, que guapo que esta Monovar, con sus hijos limpios y para llevar la vesta, coger el tambor, llevar el Paso, y vestirse para la mañana de pascua. ¡Que hermoso Lunes Santo!.

Y otra de las novedades, con que habéis engrandecido esta semana Santa Monovera la procesión con la Imagen de Jesús Cautivo, aún recuerdo cundo el Presiden del sepulcre me decía "es que mosatros soles podem igir una volta i les atres cofradies dos". Ja eu teniu arreglat, imatge nova. Hecha por un jovencito, ya no tanto, Victor García Villalgordo. A quien adolescente aún preparándose para la confirmación venía a la catequesis de la Inmaculada de Torrevieja, y donde su sensibilidad de artista, ponía siempre ese punto estético. Y Así como Pilatos mostro una vez a Cristo al pueblo de Israel, vosotros en vuestro procesionar, le mostráis de nuevo al Pueblo de Monovar y le gritáis y pregonáis (eh ahí el Hombre) el verdadero rostro del ser humano cautivo por ti, para que tu tengas libertad. En hora buena.

Y ya es Martes Santo, al final del día, procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno, entrañable Imagen que antes estaba al entrar al exconvento a mano izquierda en la primera capilla encristalado para evitar en lo posible el polvo, esta noche era el traslado, de su Imagen desde el exconvent a la parroquia donde estaría hasta el Viernes después de la procesión del santo Entierro. Allí solo le visitaba casi a Diario (Tonet, en paz descanse que tenía la llave) Aquellas conversaciones que mantenía con Angelita Poveda ¿Recordes Angelita, aquelles conversacións?, ¿i si el portarem a la parroquia, allí esta tan soles? que hermoso poderle visitar ahora cada día en su precioso altar hecho por la cofradía en la Parroquia, en hora buena. Pero como cada año, el martes santo, antes desde el exconvento, ahora desde la parroquia, sale a las calles de Monovar pregonando, que el peso de nuestros pecados los ha cargado Él por nosotros, si los que el Lunes dejamos allá en la Iglesia, ahora él los lleva sobre sus hombros hechos cruz de salvación y liberación.

Miércoles Santo, de nuevo al finalizar la jornada, la procesión de nuestra Señora de los Dolores y nuestra Señora de la Soledad dos procesiones de la Imagen de la Madre, la primera con el cadáver del Hijo entre sus brazos, y derramando lágrimas que parecen ensangrentadas por el dolor lo que le hemos costado, si tu y yo, su parto de madre ha sido muy doloroso si nuestro parto, en la Cruz, fuimos hechos sus hijos, el está muerto en sus brazos que se preparan para tomarnos a nosotros. La segunda con la imagen de la Soledad que lleva en sus manos la corona de Espinos y los tres clavos que le ha quitado a su hijo, y que los guarda junto a su pecho para no olvidar nunca cuando nosotros no nos portamos como hijos, lo que a Cristo le hemos costado, y buscarnos y llevarnos a él para que no vivamos nunca nosotros esa soledad, verdadera soledad, que es la falta de Dios. Menudo pregón de la noche del Miércoles Santo.

Jueves Santo Día del Amor Fraterno día de la institución del Sacerdocio y de la Eucaristía en este día recuerdo a José el Sacristá o el monesillo como a él le gusta que lo llamen, preparando el monumento allá en la capilla de la Virgen subiendo el sagrario al camarín de la virgen arreglándolo con flores y palmas. Gracies José per tindreu sempre tot apunt, tot preparat, están tu ahí, que be se esta sent cura de Monover, ¿Jose i ara que tinc que fer?. Y después de celebrar la Eucaristía de la cena del Señor con el lavatorio de los pies, y el traslado de Cristo que se queda con nosotros en la Eucaristía para siempre al monumento para la adoración de los fieles, cofrades, no dejéis por nada del mundo de hacer hoy o mañana una visita a Jesús. De nuevo al final del día (mientras la adoración nocturna realiza la vigilia extraordinaria junto al monumento) procesión del silencio, que como he podido ver en el programa también a cambiado el itinerario, así como la incorporación de la nueva imagen de Santa María de la Esperanza que pregón tan glorioso ya antes de empezar el Viernes y en su primera hora, Cristo es crucificado, y en la Cruz muere nuestro pecado. Pregonáis la Pasión que los oficios del viernes actualizarán para nosotros. Pero en esos momentos de dolor, donde el silencio se hace contemplación, hay alguien, una madre que mantiene la esperanza, porque sabe de quien se fía, y nos ayuda a caminar con ella, descubriendo, más allá de lo que a los ojos humanos aparece, que Dios tiene que responder, y que aquel Hijo a pesar de la Cruz, será grande y se llamara Hijo del Altísimo, y su reino no tendrá fin, seguid pregonando así.

Viernes Santo durante todo el día visitas al monumento al terminar los oficios de la pasión y muerte del Señor tiene lugar la solemne procesión del Santo Entierro con la participación de todas las cofradías, como mostrando al pueblo lo que en el templo se ha vivido, la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, es como la lectura plástica, en lenguaje artístico, del Evangelio que se ha proclamado esta tarde, si, que todos los monoveros y monoveras lo sepan y contemplen, contádselo a todos los ciudadanos al regreso como si del sepulcro nuevo excavado en la roca se tratase, el entierro del Señor, con qué emoción, desolación y esperanza, dejamos el cuerpo yacente de Cristo en el sepulcro, pero sabiendo que esta historia no ha terminado, al cerrar el sepulcro todos sabemos que no aparecen unas letras que pone fin, sino continuará.

Y durante el sábado de alguna manera continuamos junto a María acompañándola en su soledad, intentando de alguna forma tapar, disimular, la ausencia de su hijo

Y sin darnos cuenta hemos llegado al momento crucial al momento más importante de la historia, de la historia de la humanidad lo anuncia la Solemne Vigilia pascual donde los cristianos renovamos nuestro bautismo y tomamos la luz de Cristo resucitado que ya nunca se apagará, y es que es el nuevo Domingo, el eterno Domingo, el Dies Domini, el Día del Señor, el día de la Eucaristía, el Día del Triunfo, la fiesta de las fiestas, Cristo, el Cautivo, el Nazareno, el Crucificado, el yacente en brazos de María, el que quedo en el sepulcro, no lo busquéis ahí, nos lo dice el ángel, no está aquí, ha resucitado id y decídselo a los monoveros, que solemne pregón pascual el de Monovar, de buena mañana tras la celebración de la primera eucaristía acompañamos a nuestra patrona, hermosamente preparada por la Mayordomía, con el velo, signo del luto de la madre que nos va a conducir a todos al verdadero y único remedio trascendente y después de ben almorçats saldrá radiante en la Custodia, la hermosa custodia de Monovar, majestuosa, y que expresa en su belleza la grandiosidad de aquel que en ella es transportado, no ya la imagen de Cristo, Sino el mismo en Persona bajo la especie sacramental de la Eucaristía y allá en la plaza de la Malva tras el Encuentro de María después de esas reverencias a Dios, a Cristo Resucitado, hecho pan de Eucaristía, ya fuera el luto, palomas al vuelo, aplausos emoción, lagrimas en los ojos, recuerdos de seres queridos que ya no están entre nosotros, pero que gozan más que nosotros si cabe. Todos vestidos de fiesta, acompañamos a Cristo Resucitado y a la Santísima virgen del Remedio nuestra madre hasta el templo arciprestal para celebrar de nuevo la Eucaristía que celebraremos cada domingo como un eco de la Eucaristía de Pascua. Y ya ella durante todo el año, desde su camarín nos mostrara el Remedio que ella nos ofrece, el remedio de la inmortalidad que es Cristo, hecho Eucaristía, pan de vida, alimento de vida eterna, amor de Dios. Sobre el sagrario permanecerá ella majestuosa como mostrándonos el remedio, donde está su fuerza y nuestra fuerza. Eso sí que es un pregón y no lo que yo he hecho esta noche. cofradías de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del santísimo Cristo Crucificado y María Santísima de la Esperanza, de Nuestra Señora de los Dolores, del Santo Sepulcro y Jesús Cautivo, Mayordomía de la Virgen del Remedio, y Monoveros y Monoveras todos, seguid pregonando el verdadero y único pregón que nos hace de alguna manera tocar el cielo y es Jesucristo ayer, hoy y siempre. Muchas gracias, moltes gracies. Y bones pascues a tot el Poble.

D. Efrén Mira Pina
Párroco de la ciudad desde el 2001 al 2006 

Pronunciado el sábado 9 de Abril en el Teatro Principal de Monóvar.
 


 
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